Con 903 mil 730 contagios y 24 mil 186 muertes desde marzo, Argentina roza el quinto puesto del mundo por número de positivos tras casi 7 meses de fuertes restricciones para frenar el COVID-19, mientras aumentan las discrepancias políticas y las protestas en las calles por la gestión del gobierno peronista.
Según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins, el país sudamericano, donde desde el principio de la pandemia se antepuso la necesidad de proteger la salud sobre la economía, se ubica en sexto lugar por número de afectados, por detrás de Colombia -que registra 15 mil 354 positivos más-, Rusia, Brasil, India y Estados Unidos, y en séptimo en cuanto a personas recuperadas: 732 mil 582.
Respecto al número de fallecidos, Argentina está en décimo segundo lugar, aunque preocupa que en la última semana se haya registrado de nuevo récord de decesos en el país, con 515 víctimas mortales el pasado viernes.
Continúa la cuarentena pero vuelven las clases
Este lunes, el Ejecutivo de Alberto Fernández oficializó el inicio de una nueva extensión, esta vez hasta el 25 de octubre, de las medidas de aislamiento social, preventivo y obligatorio en núcleos de 18 provincias, incluida el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), la más poblada del país y que engloba a la capital y su populoso alfoz, dependiente este de la provincia bonaerense.
Asimismo, el resto de distritos estarán bajo medidas de distanciamiento social, más laxas y apuntando más a la prevención.
En las dos modalidades siguen prohibidos los eventos culturales, recreativos o religiosos en espacios públicos o privados que congreguen más de 10 personas y los eventos sociales en espacios cerrados; así como deportes con más de diez participantes; los cines, teatros, clubes y centros culturales y el turismo.
Sin embargo, sí se dio luz verdad a un plan de regreso progresivo y seguro de las clases escolares presenciales, tras siete meses de actividades virtuales, que comenzará por los distritos que presenten bajo riesgo, cumpliendo con el protocolo sanitario.
Entre ellos la capital, donde vuelven poco a poco desde este martes a abrir sus puertas las escuelas con los alumnos del último nivel de cada ciclo escolar. Se hará por turnos, con grupos de diez alumnos y un docente y en un formato “burbuja” para que no se crucen con otro grupo, lo que permitirá que si se detecta algún escolar o profesor con síntomas del virus, se aislará a ese grupo y no al centro entero.
Manifestaciones contra la gestión de la pandemia
A pesar de las restricciones, lo cierto es que desde hace ya tiempo el cansancio de la población con las medidas de cuarentena, en un país que arrastra una grave recesión desde 2018, sin un horizonte de mejora, se hace patente en las calles. Y los controles son menos exigentes.
Este domingo, miles de personas, convocadas a través de las redes sociales, salieron a las calles para protestar contra la gestión de la pandemia o la reforma del Poder Judicial que impulsa el Gobierno.
Aunque aparentemente la convocatoria no surgió de ninguna formación política, referentes de Juntos por el Cambio, coalición del expresidente Mauricio Macri (2015-2019), como la exministra Patricia Bullrich, avalaron la manifestación, que llega precedida de otras del estilo en los últimos meses.
La tensión llegó hasta las puertas de la residencia presidencial, donde se congregaron seguidores y detractores del Gobierno, y también ante el edificio donde está el departamento en el que vive la exmandataria y actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Disentir con un gobierno es parte de la democracia. Movilizarse, aun con el riesgo que implica en una pandemia, también. Pero promover una convocatoria a una protesta en el domicilio de una persona solo fomenta la grieta y daña esa convivencia democrática. #ArgentinaUnida”, escribió Alberto Fernández en Twitter.
Crecen las diferencias políticas
Por la noche, en su primera entrevista periodística desde que perdió las elecciones en 2019 ante los Fernández, Macri remarcó que las protestas son “absolutamente espontáneas”, de los ciudadanos, pero sí reconoció que se identifican con los valores que defendió su Gobierno.
Esta cuarentena eterna ha sido muy dañina y ha afectado severamente nuestras libertades y nuestra forma de vida y sin ningún resultado a la vista, porque claramente estamos entre los peores países en términos de resultados sanitarios frente al coronavirus“, remarcó el exmandatario.